Sólo la versatilidad y creatividad de Montalbano y Dreizik podría haber creado un largometraje de estas características.
Un film distinto a lo que la típica comedia argentina ofrece, personajes por momentos caricaturescos, pero siempre simpáticos, merece ser celebrado.
Las actuaciones son parejas, el paisaje es invitador, la moraleja es la vieja y conocida: “para ganar hay que perder” y ganar a veces no es más que ver un poco más allá de nuestra nariz.
El público que vaya dispuesto a entregarse la pasará bien, el público que vaya con pretensiones de un film que posiblemente sea nominado en el festival de Cannes: no.
La historia en sí es sencilla, por momentos tiene algo similar a los films de Emir Kusturica y por momentos a una comedia de la televisión argentina, pero ver a Ruben Rada, Carlos “el pibe” Valderrama y Nicolás Vázquez negociando si mantener o no en secreto o explotar los milagros de una figura religiosa de devoción popular San Luis es algo digno de ver.
Podría ser descripta dentro del canon de la comedia con dejos de fantasía, pero es más divertido decir que es una fantástica comedia para todas las edades e incluso para quienes busquen una historia de amor entre las sierras puntanas.
Algo que no se menciona en la película pero si vale remarcar: si manejas no hables por teléfono!
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